domingo, 18 de octubre de 2015

"EL JUEGO FAVORITO" (LEONARD COHEN)

El amargo sabor del beat, agridulce en sí mismo, lo que consideramos y dejamos de considerar, tratado como contundente y vaporoso antídoto...

¿Quién es Cohen? Es increíble, e indefinible, e inalcanzable, y menos mal. Breavman que recorre Canadá buscando sin saber qué, en una literatura que va más allá. Perfecta y sin escamas. Y sin fisuras. Dice la contraportada que es el nuevo Joyce. Vaya vd. a saber quién cojones es ese Joyce (no, no me atrevo, como para atreverse), pero sí sabía quién era Cohen, o al menos creía saberlo.

Y ahora, mira por dónde, resulta que también es prosista. ¿Qué es lo que convierte a la poesía en una canción? ¿Y qué es lo que convierte a un texto en poesía? Ya lo dice Breavman, esa ruptura de las líneas horizontales no convence a nadie. ¿Se puede hacer poesía con prosa sin resultar pedante o ladrillo? ¿Se puede hacer una novela de miserias o de miserables sin parecer miserablemente asquerosa? Qué cosas consigue Cohen, cielo santo...

Quedan pocos héroes por respetar, pero a los que quedan, prometemos respetarlos. Porque se hacen respetar. Y hay que decirlo con mayúsculas: LEONARD COHEN ES UNO DE ELLOS. Hazte un favor a ti mismo y nunca, nunca olvides a Breavman, ni a Krantz, ni a nada que se le parezca.

Primero, tomaremos Manhattan. Después tomaremos Berlín.

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